El cuento de la criada

¿El cuento de la criada es una predicción?

El cuento de la criada es un futuro distópico, lejos de ser una predicción, es una crítica a los valores que han rodeado a las mujeres en las sociedades altamente sexistas, sin importar el hemisferio dónde estas nazcan y vivan.

La trama de la novela va algo así:

La historia está ambientada en un futuro cercano en Estados Unidos, ahora llamado Gilead. Una dictadura teocrática ha tomado el control después de una serie de crisis socio-políticas y las mujeres han perdido casi todos sus derechos.

La protagonista, Offred, es una mujer joven que por ser fértil (la mayoría de las mujeres pasaron a ser infértiles) pertenece a una clase de mujeres conocidas como “criadas”. Viven únicamente para procrear para las élites de Gilead. Algo así como un vientre arrendado, pero sin pedir permiso.

Son controladas, vigiladas y viven en una constante opresión. A modo de monólogo, el libro sigue los pensamientos y recuerdos de Offred mientras lucha por sobrevivir en este régimen totalitario sin perder su identidad personal.

Offred. Cuento de la Criada, Margaret Atwood.

La novela explora el poder, la libertad, la identidad, la resistencia y la opresión. Atwood ilustra cómo la sociedad puede transformarse y los derechos humanos pueden ser fácilmente eliminados en un contexto de extremismo ideológico.

¿Parece irreal? Pensemos en cuál fácil fue recluirnos a todos a casa bajo el contexto de la emergencia del COVID-19.

Una crítica poderosa y perturbadora de las estructuras patriarcales y totalitarias, explorando cómo el control sobre el cuerpo de las mujeres se convierte en un medio para controlar toda la sociedad.

Puntos destacados de El Cuento de la Criada:

Si estás en la búsqueda de tu próxima lectura: Margaret Atwood no decepciona. Te cuento lo que más me gustó de esta novela.

Precisión y riqueza del vocabulario:

  • Margaret Atwood utiliza un vocabulario preciso y evocador que no solo nombra las cosas, sino que también revela capas de significado y emociones. Atwood escribe los elementos de la opresión en términos que son tanto descriptivos como simbólicos. Un ejemplo son los “Ojos”, que es el nombre de la policía secreta.
  • Sus analogías permiten al lector entender a mayor profundidad los sentimientos y pensamientos de Offred. En el libro, se compara la libertad perdida de Offred con la de un pájaro enjaulado que aún recuerda el vuelo. Capturando así la complejidad emocional de la protagonista. Y facilitando que empaticemos con ella.

Permanencia en el tiempo:

  • “El cuento de la criada” sigue siendo relevante 35+ años después porque aborda temas universales. El control sobre el cuerpo de las mujeres, la erosión de los derechos humanos en nombre de la religión o la ideología, y la lucha por la autonomía personal frente a la opresión.
  • La obra de Atwood advierte sobre cómo las tendencias políticas y sociales extremas pueden llevar nuestra sociedad a lugares peligrosos. Especialmente relevante en un mundo donde las cuestiones de género, derechos reproductivos y libertad individual siguen siendo debatidas.

Redondez del personaje y mundo:

  • Offred es un personaje complejo y tridimensional que evoluciona a lo largo de la novela. A través de sus recuerdos, pensamientos y experiencias, los lectores llegan a comprender su fuerza, su resistencia y su lucha interna por mantener su identidad en un mundo que intenta reducirla a su faceta reproductiva.
  • El mundo de Gilead está ricamente detallado, desde sus rituales religiosos hasta sus estructuras de poder. El entorno es creíble, casi como un espejo, refleja algunos de los problemas que aún acosan a las mujeres aún en el siglo 21.

Capacidad crítica y narrativa:

  • La voz narrativa es poderosa y crítica, desafía las normas sociales y políticas establecidas. A través de la perspectiva de Offred, se cuestiona y critican las injusticias de Gilead, haciendo que los lectores reflexionen a medida que leen.
  • No solo es entretenida, también educa al lector sobre los peligros de la complacencia y la importancia de la vigilancia cívica frente a las amenazas a los derechos humanos fundamentales.

¿Habías leído a esta escritora? ¿Cuál de tus libros te gusta más? Si tienes algún libro del que te gustaría saber más, escribíme a mi Instagram y le doy una mirada.

Hasta un próximo blog.

Julieta.

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Anhelo

Trás dos o tres semanas sola, y en constante movimiento, la quietud ha llegado a mis pensamientos. He estado pensando en quedarme quieta. Siempre en movimiento, se me hace que nada es profundo, salvo la relación conmigo misma. He estado buscando la quietud, la monotonía de lo cotidiano.  La idea vino a mi al caminar entre las pintorescas casitas de San Martin de Los Andes, un pequeño pueblo turístico al sur de Argentina, rodeado de lagos y montañas para días. Es ese tipo de pueblos que se escoge para escapadas de fin de semana con amigas, una pareja o la familia. Excepto que, sin excepción y por elección propia, estaba sola.  El pensamiento me asalta al ver un jardín bien decorado, o cuando alcanzo a espiar una biblioteca a través de una ventana mal tapada (y un poco de punta de pies. Sí, ¿está mal mirar dentro de las casas ajenas?). Cuando siempre estás en movimiento, puede resultar imposible tener un jardín, una huerta. Cuando no estás quieto, no podés decorar una casa, escoger los manteles, renovar la cocina, enojarte porque los cubiertos no están guardados. No podés comprar ropa nueva, tener una colección de miniaturas, ni una biblioteca.  No tenés una vieja casona de tejas rojas y rebocado amarillo, la fachada exterior carcomida por la humedad y el pasar de los largos, largos años; donde recibir a los amigos que viajan, van de paso, y no has visto en años. No tenés amigos con los que cenar una vez al mes, acogidos por la calidez del conocimiento mutuo.  Suena el timbre, se grita un “ya voy”: la casona se convierte en hogar. A la luz de las velas, largas y delgadas, está puesta la mesa, con un florero como centro de. Se sientan en rededor, y a pesar de la quietud, el mundo interior se ve disruptido, entra el calor, las paredes, antes indiferentes, se tornan cálidas.  Tal vez sea mi incapacidad de formar lazos profundos con las personas que conozco hace menos de media hora. Tal vez porque me han enseñado a no confiar en los extraños, o porque soy mujer y viajo sola, o soy incapaz de formar amistad tras cruzar una o dos palabras. No puedo llevar mi hogar a cuestas, colgando a medias de mis hombros, destartalándose a cada paso. Lo dejo atrás. No puedo tenerlo todo. Quisiera saber cómo quedarme quieta, Me gustaría poder decir: todos los veranos con mi familia íbamos a X y Y lugar y hacíamos tal y cuál cosa y así capaz me sentiría un poco más significativa y podría decir: “soy este tipo de persona”.  Pero no conozco más que este cambio constante, de individuos, lugares y multitudes. No soy más que este constante ir y venir, esté vaivén de amores y odios, de indecisión y distracción.  

2017-2025: dinero

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